El viaje a ningún sitio


Hace cosa de un año tomé una determinación, la cual arrastraba en el pensamiento clavada en lo más profundo de mí, largo tiempo. Esto fue: CAMBIAR. Hacerlo definitivamente.

Este cambio es más una confrontación con la realidad que un interés por lo ideal del ser.
Nací, aprendí y morí. Vuelto a nacer en el aprender, el cambio como constante, mejorar para llegar a la muerte en pie y digno; y es aquí donde el cambio como modificación de conducta que no de aptitud, me hizo en un proceso despierto, inmerso en el sueño de la vida, me llevó al enfrentamiento descarado con el mundo pagano pues lo divino, así me lo permite.

A Dios gracias por lo que da y lo que quita.

#HazTuCamino. El mío por siempre, apartada la ensoñación de España, sea #EnCaminoEspañol.

Denuncio lo que a mí me afecta. Lo hago por mí mismo, para mí mismo y quizás, pues la libertad que me ata a ti, egoístamente, sin querer pretenderlo, lo haga, influya u afecte a/por ti; ya que reitero lo hago única y exclusivamente por mí y para mí en lo mundano, por Dios en su divinidad. Otra cosa es que mis actos repercutan para bien sobre ti, semblando que el mal es compartido, me guste a mí o no, como para ti, en igualdad.
Protesto, y sin queja, denunciaré (Pues este es el objetivo principal del viaje: DENUNCIAR) lo que para mí es injusto y a todas luces amoral. Pues a mí me afecta. Y sí, por ende a los restos de una España, grande y libre; una España viva y en lo español ya eterna. Por lo que no es una acción patriótica de defensa de un territorio ni la versión romántica del amor que pueda procesarse a tan conceptual afección patria; sino más bien la reivindicación individual de lo que me ata al colectivo, con bandera o sin ella: MI METRO CUADRADO. 

Voy hacía el norte desde la frontera medieval que lo masón por progre versión tanto gusta como denostar, alabar según la falda de su conveniencia airee. Subo denunciando un despropósito político descomunal y una aberración humana tan antigua como futura y si es preciso acampare en la misma Haya para que mi VOZ encuentre si no defensa, desahogo, y así pueda permitirme, mandar toda la mierda mundana a lo divino, con total naturalidad.

Este prólogo/manifiesto sirva para dar las gracias y desearte ánimos, pues son necesarios siempre.

Tomo confianza, ganada con mucho sufrimiento y emprendo este viaje con un pendón de dignidad y una Fe impoluta. Pues sin España, sólo queda lo ESPAÑOL.
Que por pecado, pecador soy y por amar, culpable.

Sea lo que Dios quiera, que ir voy, hasta el final.

¡Abran PASO! 

¡SIN ESPAÑA, ESPAÑOL PRESENTE! 🇪🇦

Me nombraron Enrique Pérez Nieto con DNI 24267496N

Mantengan la distancia social y cierren o abrán la boca, sin necesidad de trapo; y como siempre, para lo que no les afecte directamente, o sí, a boquete abierto indiferente, desde el mayor de los graznidos hasta el más bajo cuchicheo. Que por algo pasó de ser la envidiosa ESPAÑA a la Europa que ENGAÑA, sin tapujos.

Modo Cartujo de noche, de día, por joder, Franciscano.
Reivindico mi independencia por derecho y por derecha la obligación que mi propia responsabilidad demanda y requiere. En definitiva, gasto.

Cada cual tome su hábito al gusto.
Cada quien allá con su transparencia.
Del cada oscuro al cada claro, un paso queda marcado:
Ahí sostengan con vergüenza o no, su conciencia.

Voy subiendo, denunciando, con un zurrón para cargar denuncias, PROPIAS Y AJENAS.

Atentos al paso. Un español avanza, liberando...

¡Voy yendo!

Como dijo Luis Candelas (Vándalo de los Madriles) ante los fusileros:

¡VIVE!

Nos abrazamos en el camino...

Salud y paz...ciencia












Comentarios

  1. Me encanta tu manifiesto, Quique. Eres Quijote viajando con Sancho. Así os llamaré, porque eres la encarnación del personaje cervantino, y tu perro fiel la de su criado; en tu caso, compañero de camino. ¡Qué Dios os acompañe y todos los ángeles protectores!
    Teresa Almazán.

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  2. Me encanta tu manifiesto, Quique. Eres Quijote viajando con Sancho. Así os llamaré, porque eres la encarnación del personaje cervantino, y tu perro fiel la de su criado; en tu caso, compañero de camino. ¡Qué Dios os acompañe y todos los ángeles protectores!
    Teresa Almazán.

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Gracias por la atención.

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